INDIA, un viaje en busca de tu chispa.
Siempre os comento que caminar por la vía del Tarot no solo consiste en eso, en caminar a lo loco; Me compro una baraja y unas piedras, me sigo a 100 instagramers sobre el tema, le echo la culpa de todo a Mercurio, por supuesto me leo todos los horóscopos habidos y por haber y en todas las lunas nuevas pido que el tóxico de mi ex me haga caso (menos mal que la luna está de tu parte y no te hace caso)… No chicas, se trata de un estilo de vida, o por lo menos así es como lo entiendo yo para que funcione.
No tiene dogmas, ni reglas ni dioses. Aquí la única diosa eres TÚ.
Porque todo esta conectado. Desde nuestra adorada luna, al sol, pasando por una brizna de hierba o el renacuajo de una charca. Y pululando por el medio de todo ese infinito andamos también nosotras. Muchas veces demasiado volcadas en nuestros ombligos, atiborradas de problemas y con sobredosis de redes sociales.
Dentro de este estilo de vida basado en nuestro propio poder y el del universo, las cartas tienen un papel súper especial al igual que las piedras, tus amuletos o tus sahumos. Pero de nada sirven si no te tienen a tí. Sí querida, de nuevo mi pedante frase con olor a colonia añeja; La Magia eres tú.
Y aunque suene ñoña su principal mensaje es el de empoderarte. A tí. Con todo lo que tu eres. Así que una vez revelada la importancia de tu papel en esta obra es momento de empezar a cuidar a esta protagonista como una estrella de Hollywood se merece. Eso no solo potenciará tu magia, tu cuerpo, tu vida y tu manera de relacionarte con el mundo, si no que además da mucho gustirrinin, así que sinceramente no le veo el inconveniente. Os propongo un ejercicio sencillo, que además ahora mismo me resuena mucho con la llegada del solsticio y la luna a la vuelta de la esquina. Cierra los ojos y piensa en eso que te da “chispa”. Así como suena, ya sabes a que me refiero, algo que haces por ti (puede ser sola o acompañada) que te saca una sonrisa involuntaria y hace que algunas de tus mariposas del estómago hagan la ola. Vale pues una vez que lo identifiques, por rarito, sencillo o complicado que sea, no lo olvides. Piensa en cuantas veces tienes esa sensación, ¿Pocas? ¿Muchas?, ¿Qué haces por disfrutar de eso que te hace “chispa”? ¿Podrías hacer más? ¿Qué te lo impide?… Bueno pues creo que poco más hace falta que te diga.
Busca “chispas” en tu vida y tendrás fuegos artificiales amor.
Así que chicas, hoy comparto con vosotras una de mis “chispas”. Viajar.
Siempre he pensado que durante muchas vidas he debido ser marinero, pirata, piloto, integrante de una tribu nómada o el mono de Marco…porque necesito, y cuando uso el verbo necesito no estoy exagerando, viajar. No hablo de irme de vacaciones, que es lo obvio que todos NECESITAMOS y más aún llegando a esta época del año. Hablo de necesitar cambiar de ecosistema de manera regular.
Cuando viajamos todos nuestros sentidos, dormidos y confiados en nuestras rutinas diarias, se ponen a mil. ¡Wow! es como un chute de vida. Nuevos olores, sabores, personas, energías… y esa falta de control sobre lo que pueda suceder es algo que crea adicción. Me río yo de Homer Simpson chupando sapos en el desierto de México. Como veis soy de esas Tauros atípicas.
Debido a mi trabajo viajo mucho, pero he de deciros que una vez que yo detecté que viajar era una de mis “chispas”, hice todo lo que estuvo en mi mano para que así fuese. Y que os voy a decir de viajar con mi cámara.. ¡BOOM! ya se me saltaron todos los fuegos artificiales.
Así que he decidido invitaros a venir conmigo a uno de mis viajes y compartir con vosotras parte de mi chispa.
La INDIA.
De la India me llevo miradas, miradas y más miradas. Te sientes observado continuamente. Sobretodo cuando te adentras fuera de lo turístico donde aún se deja ver algún que otro mochilero en busca de la iluminación o japoneses con todo un arsenal de equipo fotográfico. Algunas de esas miradas aún me duelen si cierro los ojos, otras me sacan lágrimas de alegría pero todas se sienten, una tras otra. Fotografío con respeto y espero siempre el momento para no alterar la libertad de quien observo, por eso puedo pasar minutos observando a alguien antes de hacerle un foto.
Sonrisas de Bombay se encarga de entre muchas otras cosas a luchar para terminar con la trata de personas con fines de explotación sexual. Las mujeres y los niños son los grupos más vulnerables y en serio nunca tendré palabras para expresar el trabajo que hacen. Han creado aulas en los focos más marginales de la ciudad, los slums. Donde enseñan educación sexual y autodefensa a las niñas. Cosas de locos como explicarles que no es normal que sus familiares abusen sexualmente de ellas o como gritar y defenderse cuando eso ocurre. O hablarles sobre la menstruación ya que allí es tabú hablar de eso, así que imagínate la sorpresa… ¡ Oh dios mío! ¿Me estoy muriendo?… era lo que pensaban muchas.
Su religión es rica en variedad; el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo. A estas se le suman el judaísmo, el cristianismo, el islam y el zorastrismo que coexisten desde hace muchos años. Son un ejemplo de convivencia y respeto. Y la verdad que es un placer para los sentidos porque cada religión conlleva sus aromas, cantos, colores, atuendos…es como viajar a la cantina de Star Wars a tomarte algo. Pero la principal es el Hinduismo que por si sola tiene más de 300 millones de dioses a los que venerar, vamos para que puedas ir probando. Una locura pero bendita locura. Y por supuesto hay budistas (el budismo no es una religión como tal), la India es la sede del gobierno tibetano en el exilio y alberga la mayor cantidad de refugiados tibetanos del mundo, incluyendo al Dalái Lama.
El sistema de castas fue de lo que más me ha impactado de la India. Tras nacer se pertenece automáticamente a la casta que tenga tu familia. Sin posibilidad de movilidad. Los Dalit o también conocidos como los “Intocables” son la casta más baja y por tener no tenían derecho ni a mirar a los ojos a otro ser humano. Pero espera… no cometas mi error y sientas pena por ellos. Suena fuerte pero no. Su creencia en la reencarnación es tan fuerte que aceptan lo que les ha tocado vivir, para aprender lo máximo posible de esta vida y así poder renacer cuando les toque más cerca de la iluminación. Por lo que no se rebelan ni se amotinan ante las injusticias, las aceptan y aprenden la parte que a ellos les toca. Toma ya. Como os adelante la India no solo puso mis sentidos a tope si no que me cambió irremediablemente.
Como veis no he hecho un reportaje lleno de Budas y dioses de todos los colores y os aseguro que había muchos y por todas partes. Pero espero poder haberos hecho llegar un poco de esa chispa que me entra cuando viajo y cojo mi cámara.
Puedes tener tantas chispas como quieras, nadie debe de ponerte un número. Tan solo te diré que te agarres a ellas, las disfrutes y sientas como elevan tu vibración. Porque de eso se trata este viaje amigas, de vibrar bonito y cuando el viaje acabe levantarnos de la butaca y aplaudir tan fuerte que nos duelan las manos.
Como siempre os dejo un espacio para que me comentéis o me mandéis mensajitos… y si estáis pensando en viajar a la India cuando no haya pandemia y demás tengo muchos consejitos que dar.